Cualquier tipo de ejercicio es estupendo, se trate de sacar a pasear al perro o de practicar un deporte de equipo. Pero es importante que lo practiques cada día. Cambiar los hábitos a fin de poder hacer ejercicio cada día puede costar bastante al principio. Pero la mayoría de la gente dice que, en cuanto empieza a notar los efectos beneficiosos del ejercicio, se engancha a él. A partir de ese momento, resulta más fácil seguir haciendo ejercicio. Pero hay algunos datos que necesitas saber sobre el ejercicio y la diabetes.
Algunos de los efectos beneficiosos del
ejercicio físico:
- El ejercicio fortalece los huesos y los músculos.
- El ejercicio reduce el riego de cardiopatías y de algunos tipos de cáncer.
- El ejercicio mejora la coordinación, el equilibrio, la fuerza y la resistencia.
- El ejercicio aumenta el nivel de energía.
- El ejercicio contribuye a que la insulina desempeñe mejor su función, lo que ayuda a mantener las concentraciones de azúcar en sangre dentro de los límites saludables.
- El ejercicio quema calorías, lo que ayuda a alcanzar y mantener un peso saludable.
- El ejercicio fomenta el trabajo en equipo, el espíritu competitivo y la valentía.
- El ejercicio ayuda a elevar la autoestima y la seguridad en uno mismo.
- El ejercicio ayuda a liberar tensiones y a afrontar el estrés, aparte de relajar y levantar el ánimo.
- El ejercicio puede incluso ayudar a aclarar las ideas y a focalizar mejor la atención.
¿Qué ocurre durante el ejercicio?
Los músculos necesitan más
energía durante el ejercicio, por lo que el cuerpo libera más azúcar o glucosa
que en estado de reposo. Para las personas con diabetes, esto puede tener
algunos efectos colaterales. Por ejemplo, si el cuerpo no tiene suficiente
insulina para utilizar la glucosa liberada durante la práctica de ejercicio, la
glucosa permanece en la sangre, lo que provoca concentraciones elevadas de azúcar
en sangre. Esto recibe el nombre de hiperglucemia.
El hecho de no tener suficiente insulina para poder
utilizar el azúcar de la sangre también puede hacer que el cuerpo queme grasa como
combustible. Cuando el cuerpo empieza a quemar grasa para utilizarla como
combustible, se producen unas sustancias denominadas cuerpos cetónicos. Las personas con diabetes no deberían hacer ejercicio
si tienen niveles altos de cuerpos cetónicos en sangre porque podrían
encontrase muy mal. Si tienes diabetes tipo 1, tu médico te indicará cómo
puedes comprobar tu concentración de cuerpos cetónicos (tal vez tengas que
recoger una muestra de orina antes de hacer ejercicio) y cómo te debes tratar
para normalizar la concentración de cuerpos cetónicos en el caso de que la
tengas demasiado alta.
El hecho de que el cuerpo necesite más glucosa durante
la práctica de ejercicio también puede hacer que descienda excesivamente la
concentración de azúcar en sangre (lo que se denomina hipoglucemia). La hipoglucemia puede ocurrir cuando el cuerpo utiliza
todo el azúcar almacenado, lo que implica que no queda más glucosa por liberar
cuando la necesitan los músculos. Esto es especialmente cierto cuando la
concentración de insulina en sangre sigue siendo alta porque ha transcurrido
poco tiempo desde la administración de la inyección de esta sustancia. Tal vez
necesites comprobar tu concentración de azúcar en sangre y tomarte un tentempié
adicional para prevenir la hipoglucemia. Si vas a empezar un programa de
ejercicios riguroso, como entrenarte para determinado deporte, probablemente tu
médico te recomendará reajustar la dosis de insulina para prevenir la
hipoglucemia.
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